jueves, 13 de enero de 2011

ENVEJECER

Por definición, según la Wikipedia, el envejecimiento es el conjunto de modificaciones morfológicas y fisiológicas que aparecen como consecuencia de la acción del tiempo sobre los seres vivos, que supone una disminución de la capacidad de adaptación en cada uno de los órganos, aparatos y sistemas, así como de la capacidad de respuesta a los agentes lesivos que inciden en el individuo.

Para la autora Zenaida Bacardí de Argamasilla (y para otros muchos más, entre los que me incluyo), el envejecimiento no es un momento del tiempo, sino el instante preciso en el que renunciamos a vivir...

Desde mis ya 28 años, creo que nuestros mayores tienen mucho que disfrutar y mucho que enseñarnos, y a veces (muchas veces), no les prestamos la atención que se merecen por unos u otros motivos.

SABER ENVEJECER ES UN ARTE, pongamos nuestro granito de arena para los que van entrando en esta fase de sus vidas tengan más fácil disfrutar de este arte.


miércoles, 15 de diciembre de 2010

¿ Abusamos actualmente de los abuelos y sobre todos de las abuelas para el cuidado de los nietos?

No se si  vosotros habeis observado, incluso a lo mejor insconcientemente lo estamos haciendo, que en cierto modo estamos " abusando"  un poco o un mucho de los abuelos, sobre todo de las abuelas. Con la incorporación de la mujer al mundo laboral surge la necesidad de que nuestros hijos queden al cuidado de alguien y por una u otra razón y ahora agravado por los problemas económicos generados por la situación de crisis que vivimos  recurrimos la mayoria de las veces a los socorridos abuelos; esto esta generando en algunos y más concretamente  en algunas mayores   lo que se ha dado en llamar el " Sindrome de la Abuela esclava" y en articulo que resumo a continuación lo detalla de forma muy clara

EL SINDROME DE LA ABUELA ESCLAVA

  1. ¿Que es el síndrome de la abuela esclava? (Antonio Guijarro 2001)
El síndrome de la abuela esclava, es una enfermedad grave, que afecta a mujeres maduras sometidas a una sobrecarga FISICA y EMOCIONAL y que origina graves y progresivos desequilibrios, tanto somáticos como psíquicos;
Manifestaciones físicas
  • Hipertensión arterial.
  • Padecimientos metabólicos como la diabetes.
  • Sofocos, taquicardias, dificultad para respirar,mareos, hormigueos, desvanecimientos, (molestias paroxísticas).
  • Cansancio (debilidad y decaimiento).
  • Caídas fortuitas.
Manifestaciones emocionales
  • Malestar general, disconfort.
  • Ansiedad.
  • Tristeza, desánimo, falta de motivación.
  • A veces sentimientos de culpa por su malestar.
  • En momentos de crisis piensan en el suicidio como única salida.
Es un fenómeno muy frecuente en nuestra sociedad y además esta reconocido por O.M.S como MALOS TRATOS hacia la MUJER.
La importancia de este síndrome radica; puede llegar a ser potencialmente mortal., el altísimo grado de sufrimiento que provoca y el gran deterioro de la calidad de vida de la propia afectada y de su entorno familiar.
Entre los factores que predisponen a padecer este síndrome, podemos resaltar los siguientes:
  • Realizar trabajos o actividades extra-domésticas además de sus obligaciones de ama de casa (cuidado de los nietos).
  • Familia numerosa.
  • Tener familiares incapacitados o enfermos a su cargo.
  • Acumulación de obligaciones.
  • Etc.
El perfil psicológico y social de las mujeres que padecen o pueden padecer este síndrome, destacamos:
  • Mujeres de mediana edad.
  • Con excesivo sentido del deber y la responsabilidad.
  • No suelen quejarse de la situación con la debida elocuencia o expresividad.
  • Pueden ser de cualquier clase social.
Estamos frente a un problema con un difícil diagnostico, debido a que la paciente suele negar que está sometida a estrés por razones familiares o culturales, aunque sabe que tiene demasiadas responsabilidades cree que puede con todo y piensa que su malestar se debe a otra cosa.
Por su parte la familia se mantiene ajena a esta situación (no quieren ver la realidad), consideran que la única culpable es la abuela, que se niega a delegar responsabilidades, e incluso que la abuela se ha vuelto desinteresada y distraída “esta chocheando”.
El tratamiento de esta enfermedad consiste en; liberar a la abuela de cargas, buscar el equilibrio entre sus capacidades y responsabilidades, cariño y comprensión familiar. Y además ayudar a estas mujeres a reconocer sus límites, tanto físicos como emocionales.

2. Primer Estudio sobre el Síndrome (Encarni Liñan, 2003)

Para saber más de este síndrome se realizó un estudio (C.S.A.E “Cuestionario del Síndrome de la Abuela esclava” ,Encarni Liñán 2003). Para su elaboración se tuvieron en cuenta los siguientes puntos de referencia:
1. ¿A quién se recurre para cuidar a los niños?.
La delegación del cuidado de los hijos en otra mujer de la familia, que suele ser la abuela materna, es una de las estrategias de compatibilización familia-empleo más utilizadas en nuestro país.
¿Como se delega en las abuelas?
Ocasionalmente: cuando hay que dejar a los hijos de forma puntual, esta situación no genera grandes problemas.
Sistemáticamente: la abuela es la principal responsable del cuidado de los nietos, esta situación genera estrés y sobrecarga, y es la que puede originar que las abuelas empiecen a padecer este síndrome.
¿Por que se delega en las abuelas de forma sistemática?
  • No contar con recursos económicos para niñera o guardería.
  • Porque existen lazos afectivos.
  • Por comodidad.
  • Porque es gratis.
2. La abuela también tiene estrés.
El estrés y la abuela.
Como es bien sabido, el estrés no es exclusivo de determinadas profesiones. Situaciones donde las responsabilidades superan las capacidades, originan estrés (muchas abuelas se encuentran en esta situación).
De entre todos los posibles factores que afectan en el origen de situaciones de estrés, los “microeventos” o sucesos vitales menores, que son los pequeños problemas y contrariedades que ocurren cotidianamente y las situaciones repetitivas a lo largo del tiempo. Ocasionan situaciones indeseables, estresantes
¿Como respondemos ante situaciones de estrés?
Respuestas físicas
Pulso rápido, aumento de la sudoración...
Estomago contraído, dientes apretados, respiración entrecortada y rápida..
Brazos y piernas en tensión..
Incapacidad para estar quieto..
Respuestas psíquicas
  • Incapacidad para concentrarse, dificultad para tomar decisiones.
  • Pérdida de la confianza en uno mismo, preocupaciones y ansiedad, miedo irracional o pánico.
  • Irritabilidad o tendencia a ponerse colérico.
  • Anhelos insaciables.
Respuestas de conducta
  • Aumento en el empleo de los medicamentos...
  • Tics nerviosos o manías, agresividad..
  • Distracción, proclividad a los accidentes.
  • Comer en exceso o falta de apetito..
  • Insomnio...
Consecuencias del estrés
  • Cansancio emocional: sentimientos de agotamiento.
  • Despersonalización: actitud fría y distante (encerrarse en sí misma, mal carácter..).
  • Baja realización personal: insatisfacción y descenso del autoestima.
Cualquier persona que este sometida a situaciones de estrés, puede padecer estas consecuencias, y por supuesto las abuelas sometidas a sobrecarga también, de ahí los síntomas que se manifiestan en esta enfermedad.

3. Del compromiso al maltrato.
El abuso del rol de abuela está generando situaciones donde el maltrato hacia estas tiene cabida. Esta reconocido por O.M.S como otro tipo del maltrato hacia la mujer.
¿Porque se sienten comprometidas las abuelas?¿Porque no se liberan de estas cargas?¿porque asumen estas situaciones como suyas?....
Por la educación y valores aprendidos, porque se sienten responsables del permanente cuidado de la familia y porque es una forma de seguir sintiéndose útiles.
¿Porque es la abuela y no el abuelo?
Nuestra cultura androcentrica nos ha enseñado que la mujer es la cuidadora natural. Los hombres asumen el rol de cuidador solo cuando no existe o no está disponible un miembro femenino de la familia. El abuelo tiene otras funciones más ociosas con los nietos (juegos, paseos, cuentos etc...).
Los principales resultados y conclusiones del estudio se muestran a continuación de forma resumida:
¿Quién es la abuela esclava?
  • Mujeres que cuidan a sus nietos de forma sistemática.
  • Mujeres que cuidan a familiares enfermos de forma sistemática.
  • Mujeres que tienen excesivas responsabilidades familiares en función de sus capacidades.
  • Mujeres que no tienen libertad para tomar decisiones.
  • Mujeres que no disfrutan de su tiempo libre como ellas quisieran.
  • Mujeres que apenas tienen relaciones sociales.
  • Mujeres que por cuestiones culturales y familiares se sienten obligadas a asumir demasiadas responsabilidades.
  • Mujeres que tienen miedo a quejarse por represalias familiares (retirada del cariño, chantaje emocional).
  • Mujeres que consciente o inconscientemente saben que se está abusando de ellas, pero no tienen ni los recursos, ni los medios necesarios para hacer frente a estas situaciones.
  • Mujeres que posiblemente se sientan maltratadas.
¿Que es una abuela feliz?
  • Aporta bienestar a la familia.
  • Ayuda a sus hijos y familiares en función de sus capacidades físicas y emocionales.
  • No tiene responsabilidades directas con sus nietos de forma sistemática.
  • Tiene libertad para decidir que hacer con su tiempo.
Conclusiones
La a.e existe.
Los síntomas emocionales son más representativos que los físicos.
Estamos frente a una situación de abuso y/o malos tratos hacia las mujeres (O.M.S)

Soluciones
Reconocer que existen las A.E.
Prevenir a través de la concienciación familiar y social.
Creación de programas, desde los servicios sociales, para intervenir en las familias y en las abuelas. (“El taller de la abuela”)
Mas ayudas sociales para las familias.
Seguir investigando sobre el tema.
Todos tenemos cerca a una abuela esclava, Hagamos de ella una abuela feliz.

Por: Encarni Liñan. Psicóloga

¿ Reconoceís algunos de estos sintomas en nuestras madres o abuelas ? si es así estamos a tiempo de ponerles solución 

miércoles, 8 de diciembre de 2010

ESTAREIS DE ACUERDO CONMIGO QUE LA MEJOR FORMA DE ENVEJECER ES SEGUIR ACTIVO TODO LO QUE SE PUEDA

Sigamos Activos para Envejecer Bien
Por Devi Ramirez - Martha Castro
 
Sigamos activos para envejecer bien”, 

El envejecimiento es una de las pocas características que nos unifican y definen a todos en nuestro mundo pleno de diversidad y tan cambiante. Todos estamos envejeciendo. Tengamos 25 o 65 años de edad, 10 o 110, también estamos envejeciendo y esto significa que estamos vivos y es motivo de celebración.
Uno de los principales logros de todos los tiempos es el aumento en la expectativa de vida del ser humano conseguida en el curso de estos últimos 100 años. En el siglo XX, la expectativa media de vida en los países desarrollados  aumentó de unos 47 años a más de 75 años. El promedio de edad de la población en los países desarrollados aumenta a un ritmo sin precedentes y esta tendencia se observa en la mayoría de los países en desarrollo, a pesar de haber comenzado más tarde.
En este  siglo XXI, la tendencia mundial a la disminución de la fecundidad y a la prolongación de la esperanza de vida ha dado al fenómeno del envejecimiento de la población una importancia sin precedentes.

Se reconocen dos tipos de envejecimiento: el biológico que se refiere a los cambios que tienen lugar en el organismo y que son característicos de las personas de edad avanzada y el envejecimiento que algunos autores denominan “sociogénico”, que se refiere al papel que impone la sociedad a las personas que envejecen. En este último están involucrados todos los prejuicios que la sociedad manifiesta con relación a los ancianos. Ambos tipos de envejecimiento son responsables de los problemas que aquejan a las personas de edad avanzada. Es poco lo que se puede hacer por el envejecimiento biológico, es posible realizar mucho contra el envejecimiento sociogénico.
El proceso de envejecimiento tiene una repercusión considerable en varias características que influyen en el funcionamiento normal de las sociedades y el bienestar relativo no sólo de los adultos mayores sino también de las generaciones más jóvenes. Entre las más importantes figuran los sistemas de pensión y jubilación, las transferencias intergeneracionales dentro de las familias y la situación sanitaria y condiciones de salud de los adultos mayores. 
Entre los factores indicativos de que el crecimiento de la población de adultos mayores va a conducir a una demanda de asistencia y servicios sanitarios están los siguientes: el deterioro gradual de las condiciones de salud física y mental que acompañan el proceso de envejecimiento, la reducción resultante de los años previstos de esperanza de vida activa y saludable, la reducción o el cese completo de la participación en el mercado laboral y la mayor dependencia de las transferencias de ingresos de diversas fuentes públicas y privadas. Puesto que las enfermedades más sobresalientes de los adultos mayores son crónicas en vez de agudas, y progresivas en vez de regresivas, esta demanda también podría acarrear un fuerte aumento de los costos de la asistencia sanitaria.
Encontramos diferencias entre las clases socioeconómicas, ya que los miembros de diferentes grupos socioeconómicos tienen características de salud notablemente diferentes. Asimismo, la capacidad de acceso a la asistencia sanitaria integral y de alta calidad, y su uso, varía considerablemente según los estratos socioeconómicos. El envejecimiento es parte inevitable de la vida y el estado de salud en esta época de la vida tiene estrecha relación con factores tales como saneamiento, nutrición adecuada, vivienda confortable, nivel de ingreso y nivel de educación. Se ha demostrado que las personas pobres y marginadas manifiestan mayores tasas de discapacidad y de enfermedades agudas y crónicas a lo largo de sus vidas y en la vejez. Muchos cambios que actualmente se cree son producidos por la edad pueden responder a una multiplicidad de factores, sobre los que se podría actuar. El proceso de envejecimiento en estas sociedades, si no se aborda integralmente, generará mayor desigualdad de la calidad de vida y del bienestar de los miembros de diferentes grupos en nuestras sociedades.
Habrá que afrontar diferencias de género, ya que los hombres y mujeres registran tendencias de mortalidad y sufren problemas de salud notablemente distintos. Además, puesto que entre las mujeres ha habido niveles inferiores de participación en la fuerza laboral, su acceso a la asistencia y a los servicios sanitarios cuando envejecen es considerablemente diferente al de los hombres. Es probable que ello genere un marcado deterioro del bienestar de las mujeres en edad muy avanzada, cuando la mayoría de ellas sean viudas.

Para comprender el carácter y la magnitud del problema de salud y su relación con la equidad, es necesario evaluar el estado de salud de los que son adultos mayores ahora y, también muy importante, de los que serán adultos mayores en un futuro próximo.

En nuestras sociedades, frente al envejecimiento tenemos prejuicios, como caracterizar  a las personas ancianas como pasivas, crónicamente enfermas, sin deseos sexuales o con necesidad de atención y de cuidados constantes; estigmatizando a los ancianos y condenándolos a la marginalidad social. Hoy en día se acepta que la mayoría de las personas no manifiesta alteraciones que influyen marcadamente en su funcionamiento físico, intelectual o social hasta que pasan los 80 años. A pesar de que al aumentar la edad los procesos motores, cognoscitivos  y sensoriales se hacen más lentos, la motivación y la práctica permiten superar esas desventajas y hacen que las personas de edad se desempeñen con eficiencia.
Las personas en edad avanzada mantienen sus capacidades de desarrollo, el adulto mayor saludable y activo es un recurso para la familia y la  sociedad. La vejez es cada vez menos sinónimo de dependencia; a pesar de que el riesgo de enfermedad crónica y de discapacidad se incrementa con la edad, solamente uno de cada cinco personas en la edad de 65 años o más presenta alguna discapacidad funcional crónica y muchas personas en condiciones crónicas y con limitaciones funcionales mantienen otras capacidades significativas.
 ¿Será verdad que ...?


Todos los adultos mayores se parecen. En realidad dependiendo como hayamos vivido vamos a ser cuando seamos viejos, la personalidad se acentúa con la vejez. Por el hecho de ser viejo no se cambia. Si cuando jóvenes fuimos tristes, pesimistas seremos viejos deprimidos; si fuimos envidiosos, autoritarios, que cuando cambiamos de empleo todos celebraron, no se nos haga raro terminar en un asilo, con la familia feliz en casa por deshacerse de nosotros. Como también cuántos que han vivido llenos de felicidad, han amado y se han dejado amar, culminen sus días de la misma manera.

La sexualidad es cosa de la juventud. (A este mito todos protestaron). Los adultos mayores ven la sexualidad como algo muy normal pero no lo manifiestan abiertamente en las encuestas por temor a la censura. Después de los 60 años existen deseos y fantasías, cambia el concepto de sexualidad en esta época de la vida, se asocia al contacto y a la compañía. Nuestra sociedad nos hizo creer que la sexualidad es genitalidad, pero no abrazos, compañía, caricias. La sexualidad sigue tan viva como antes. Según José Fernando “se ha descubierto que la sexualidad muere un día después que lo entierren a uno”.
Continuando...
La salud y el bienestar en la edad avanzada dependen de la calidad de vida que se lleve desde el nacimiento. Los estilos de vida saludables buscan crear  conciencia sobre lo que significa el proceso de envejecimiento y desarrollar hábitos de autocuidado y de cuidado mutuo.

La meta no es solo vivir más años sino vivir más años libres de discapacidades.Estudios como el realizado por la Fundación Mac Arthur, indican que el descenso de la discapacidad puede deberse a la mejoría en la nutrición, a la actividad física, y a un mejor control de factores de riesgo como dejar de fumar, no beber bebidas alcohólicas en exceso y en general evitar el aislamiento físico y mental.
El gran desafío que se presenta a los planificadores actuales y futuros es cómo beneficiarse de la experiencia, vitalidad e interés de los ancianos en aras del bien social y cómo transformar una cultura social basada en el trabajo, de forma que permita el uso y la transferencia de experiencias y conocimientos de los ancianos a las generaciones  más jóvenes.
Un aspecto importante por considerar, es que la edad cronológica  no debe ser el único elemento predictivo de la capacidad laboral de los ancianos, que necesitan sentir que sus vidas tienen significado y que mediante su trabajo están contribuyendo no sólo a su bienestar, sino al desarrollo social, que es responsabilidad de todos aquellos con capacidad de producir.
Desarrollar una cultura donde el envejecimiento y la vejez sean considerados como símbolo de experiencia, sabiduría y respeto, para eliminar la discriminación y la segregación por motivos de edad y contribuir al fortalecimiento de la solidaridad y al apoyo mutuo entre generaciones, constituye también un reto en nuestra sociedad.
Pero entonces, ¿Qué es una Vejez Activa? El envejecimiento activo consiste en llevar, a medida que uno envejece, una vida productiva y sana en la familia, la sociedad y la economía.  La vejez activa refleja el deseo y la capacidad de la persona de edad para mantenerse involucrada en actividades productivas. Los estereotipos de las personas de edad como improductivos y dependientes son injustos y van en detrimento de la vitalidad de la sociedad, así como de la dignidad de los individuos.
La vejez activa significa que la persona de edad mantiene actividad mental,  física, social. Un envejecimiento activo es decisivo para que las personas de edad sigan contribuyendo a la sociedad considerando todas estas dimensiones.
El estudio ya mencionado realizado por la Fundación Mac Arthur ha probado que la actividad promueve actitudes positivas frente a la vida y que contribuye, más que la medicina, a la prevención de enfermedades y discapacidades en la vejez.
La vejez activa significa algo más que simplemente alentar la actividad económica de las personas de edad,  promueve la actividad social y política. Una sociedad que reconozca el valor de la contribución de las personas de edad a la sociedad y no presentarlos solamente en los términos de la carga financiera que éstos puedan representar para las generaciones más jóvenes, es posible lograr, si promovemos mayor conocimiento de la comunidad acerca de cómo vivir los últimos años de la vida, saludables y placenteros.
La vejez activa es, por lo tanto, vejez saludable que permita el compromiso continuo con la vida y permite que sigamos contribuyendo al bienestar personal, al bienestar de la familia y al bienestar de nuestras comunidades.

 “Sigamos activos para envejecer bien”, nos recuerda que el envejecimiento saludable es más que evitar enfermedades. El mensaje tras el tema, es que si adoptamos comportamientos y estilos de vida saludables en la niñez y juventud construimos vínculos basados en la solidaridad, el respeto y el apoyo mutuo entre las personas de todas las edades, aumentará la cohesión social a través de las generaciones, mejorará la calidad de vida de todos, y podemos esperar que nuestra edad adulta y adulta mayor sean especialmente agradables y productivas.

Finalmente, este texto de Nidia Aristizábal, creo que nos sirve a manera de conclusión:
  • El fabuloso resultado final del envejecimiento es la vejez, etapa que puede ser tan hermosa, gratificante, positiva, autónoma y saludable como las etapas que las antecedieron.
  • La vejez no depende de la suma de una cantidad de años sino de la calidad de vida que hayamos tenido a nivel biopsicosial como seres integrales que somos.
  • Cada uno de nosotros es responsable de su propio envejecimiento, no es la sociedad, la herencia, el medio ambiente o los mitos o estereotipos sobre el envejecimiento y la vejez los que marcan por si solos el estilo de vida que tengamos en esta última etapa de nuestra existencia.
Texto extraido y adaptado  de un articulo firmado por Devi Ramirez y Marta Castro

martes, 23 de noviembre de 2010

La realidad de una Residencia de mayores vista desde dentro


La realidad de una residencia

Estos centros sólo son focos de los medios cuando ocurre una desgracia, pero su función social es encomiable

MIGUEL LÓPEZ* Leyendo las noticias de los últimos días me sorprende la cantidad de noticias negativas que contínuamente aparecen en prensa sobre las residencias de mayores. Que si detienen a 2 responsables de una residencia por malos tratos a 14 ancianos, una directora que estafa a 11 ancianos, siete fallecidos en un incendio de una residencia en Sevilla, etc.

Trabajo en una residencia (Seniors de Torre del Mar) y me sorprende esta realidad: sólo son noticia cuando ocurre algún siniestro o alguna estafa. Entre las noticias que he encontrado de los últimos meses, podríamos establecer una tipología:

1) Sucesos y malas noticias. Las ya mencionadas anteriormente. No es que sean muy numerosas pero, cuando surgen, se genera preocupación y alarma social. Por desgracia muchas veces pesa más lo malo que lo bueno, y puede crear un clima de cierta desconfianza.

2) Noticias sobre leyes, proyectos, números...: Hablan de plazas concertadas en residencias, ley de dependencia, ayudas de la junta de Andalucía, cifras, inauguraciones, proyectos de nuevas residencias... (Unas 22.000 personas dependientes ya han recibido sus ayudas, la residencia de la Vega no está adaptada a la Ley de Dependencia, la crisis paraliza las obras de un geriátrico de lujo en Cerrado, la primera residencia de mayores de Ojén será de lujo, ...)

Cumplen su cometido de informar, pero tal vez les falta complementarse con algo más cálido. Los números son fríos, y se está hablando de un sector que implica personas necesitadas... ¿Cómo son esas residencias una vez que se construyen o llevan ya un tiempo funcionando? ¿Cómo son las ayudas y quiénes las disfrutan?.

3) Noticias sobre la vida en una residencia de ancianos: En este ámbito no he encontrado demasiados ejemplos. Debo resaltar el reportaje 'La vida en el buen Samaritano', que publicó este diario en enero de 2009. Es un gran artículo que da sentido a las ayudas, proyectos, inauguraciones y leyes de dependencia: las personas dependientes. Explicar su vida en la residencia, cómo se adaptan, qué hacen a diario, qué necesitan, qué reciben...

Con esta realidad, lanzo la siguiente propuesta. Creo que es necesario humanizar y eliminar mitos y miedos en el sector de las residencias de ancianos. La sociedad ha avanzado mucho, y las residencias ya no son lugares oscuros y tristes donde enviar a los ancianos a pasar sus últimos días. Inspecciones y criterios de calidad hacen que las residencias estén obligadas a cumplir una serie de requisitos que deben comprobarse a diario para subsanar cualquier fallo.

Trabajo en la residencia Seniors de Torre del Mar, grupo que posee cuatro residencias funcionando en Marbella, Benalmádena, Vélez-Málaga, Torre del Mar y una en construcción en Ronda.

La residencia en la que trabajo fue inaugurada el año pasado, y tendrá capacidad para cerca de 200 residentes, incluyendo entre ellos a unas 40 plazas destinadas a centro de día. En época de crisis la empresa ha ido estabilizándose y posicionándose con buenas referencias en el sector, pese a los problemas económicos que afectan a todos los sectores. No sólo está dando un sitio donde vivir a una gran cantidad de personas mayores -ya sea mediante ayudas de la dependencia como ingresos privados- sino que también está creando empleo con opciones de estabilidad en una época realmente dura. Todo tipo de profesionales tienen cabida, siendo un sector donde la mujer tiene una enorme presencia.

Dejadme que os cuente un poco el día a día en la residencia. Además de los cuidados personales (higiene, vestido, limpieza, alimentación...) y médicos y de enfermería, se realizan multitud de talleres y actividades de todo tipo para tratar de dar la mejor calidad de vida a estas personas: manualidades, dibujo, actividades para fomentar capacidades manuales, memoria, concentración... además de las sesiones de fisioterapia, de las que me encargo, también se realizan otro tipo de actividades complementarias, algunas de ellas realizadas por voluntarios (como el taller de relajación mediante tai-chi, que se realiza los jueves, o la "pastoral de la salud", que acude cada miércoles a realizar una celebración religiosa, seguida de cante y animación para los residentes). Se programan salidas con los residentes para que no tengan que estar limitados al recinto de la residencia y puedan pasear por el paseo marítimo y disfrutar del aire puro.

Cabe destacar que todas las actividades y decisiones se trabajan de forma conjunta en el equipo técnico (director, médico, enfermera, psicóloga, supervisora, fisioterapeuta, trabajadora social, terapeuta ocupacional...), que se reúne a diario de lunes a viernes para realizar una puesta en común y tomar acciones conjuntas para mejorar la calidad asistencial.

Con el órgano del mayor los residentes transmiten sus críticas, sugerencias y propuestas a la dirección del centro, para tratar de buscar medidas para aumentar el nivel de satisfacción.

Trabajamos mucho con los residentes, pero también muchísimo con sus familiares. Además de tratar con ellos prácticamente a diario de forma individual (cuando requieren la atención de alguno de los profesionales), organizamos periódicamente reuniones de todo el equipo técnico con los familiares de cada residente, para que tengan la oportunidad de hablar con todos nosotros de forma conjunta y nos puedan transmitir todas sus quejas o necesidades (así como su satisfacción), para que sepamos lo que estamos haciendo bien y tengamos la oportunidad de corregir los fallos a tiempo, puesto que es una valiosa medida para la prevención de problemas para el residente y de satisfacción para todos.

Es un trabajo realmente duro, porque muchas veces tenemos que invertir un tiempo inicial en quitar los miedos y las dudas de los familiares o de profesionales de otros sectores (hospitales, centro de salud) que no saben muy bien cómo funcionamos y que se sorprenden gratamente cuando nos visitan, conocen cómo trabajamos  y ven la agradable situación en que viven los residentes así como las actividades de que disfrutan y el trabajo en equipo que se realiza para buscar el cubrir todas sus necesidades y no solo dar más años de vida a estas personas, sino dar más vida a los años.

Miguel López es fisioterapeuta en la residencia Seniors de Torre del Mar y responsable de la web Tufisio.net

domingo, 14 de noviembre de 2010

Para relajar después de tanta lectura, interesante pero algo larga, un descanso mental con Borges


Instantes
Si pudiera vivir nuevamente mi vida
en la próxima trataría de cometer más errores
no intentaría  ser tan perfecto,
me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
sería menos higiénico
Correría más riesgos,
haría más viajes,
contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas,
nadaría más ríos.
Iría a más lugares a donde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios.
Yo fui una de esas personas que vivió sensata
y prolíficamente
cada minuto de su vida;
 claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás
trataría de tener solamente buenos momentos.
Por si no lo saben,  de eso está hecha la vida,
sólo de momentos; no te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos
que nunca iban a ninguna parte sin un termómetro,
una bolsa de agua caliente,
un paraguas y un paracaídas;
si pudiera volver a vivir,
viajaría más liviano.
Si pudiera volver a vivir comenzaría
a andar descalzo a principios de la primavera
y seguiría descalzo
hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita,
contemplaría más amaneceres,
y jugaría con más niños,
si tuviera otra vez vida por delante.
Pero ya ven,
tengo 85 años y
sé que me estoy muriendo.                    Atribuido a José Luis Borges

¡ QUE SESENTA AÑOS NO ES NADA !



Ya es hora de cambiar nuestras creencias acerca del envejecimiento y la vejez. La autoestima no puede -ni debe- pasar por el calendario...

Durante generaciones hemos permitido que el número que corresponde a los años que llevamos en el planeta, nos diga cómo hemos de sentirnos, vernos y comportarnos, y lo que se acepta mentalmente se convierte en verdad para nosotros; ya es hora de cambiar nuestras creencias acerca del envejecimiento y la vejez. Muchos hemos aprendido que cambiando nuestra forma de pensar, podemos cambiar nuestra vida, pues así podemos hacer que el proceso de envejecimiento sea una experiencia positiva, vibrante y sana.     
Después del gran despliegue de la juventud, el hombre deberá lograr la calma. Es fundamental saber que el envejecimiento no es una enfermedad, no es patológico, ya que según el concepto de salud de la Organización Mundial de la Salud, implica un completo estado de bienestar psicofísico y social, en ausencia de enfermedad, en teoría no se puede aplicar a los adultos mayores. 
La Tercera Edad en el Tercer Milenio, es un desafío para todos. Muchos adultos mayores llegan a la edad de la jubilación y se sienten todavía en plenitud, en forma, vigentes, lúcidos, llenos de iniciativas y planes; otros muchos, aunque ven disminuidas sus potencialidades físicas al llegar a esta etapa, sienten que aunque la mente esté lúcida, la sociedad les dice, por medio de la jubilación, que deben dejar el puesto a gente más joven y nueva y que deben retirarse.
Una de las primeras necesidades del ser humano, es sentirse aceptado, querido, acogido, perteneciente a algo, a alguien; son los sentimientos en que se basa la auto-estima, que consisten en saberse capaz, sentirse útil, considerarse digno. Por lo tanto, no puede haber auto-estima si la persona percibe que los demás prescinden de él, ya lo veía así el “viejo” Maslow, en su famosa pirámide de necesidades, donde describe un proceso que denominó “autorrealización” y que consiste en el desarrollo integral de las posibilidades personales. 
Auto-estima, consiste en las actitudes del individuo hacia sí mismo, mientras son positivas se dice que hay buen nivel o alto de auto-estima; en las actitudes se incluye el mundo de los afectos y sentimientos y no sólo el de los conocimientos, pues los componentes de la actitud encierran gran variedad de elementos psíquicos. De ahí que, para la educación y formación de las personas, sea importante para formar actitudes, porque así se puede asegurar una formación integral y no fraccionaria y entonces, así se garantiza un alto nivel, que le permite al individuo hacer frente con dignidad a importantes contrariedades de la vida y no decaerá su ánimo fácilmente. 
Por esto, si a una persona que se siente bien, saludable y con fuerzas, se le dice que ya no hace falta en el trabajo, es probable que se influya en el deterioro de la auto-estima; el adulto mayor se siente desconcertado ante dos experiencias contrarias: él se siente bien y con ganas de trabajar, por otro lado, la sociedad marca una edad para dejar el trabajo lo es un duro golpe a la auto-estima y proyecta múltiples consecuencias hacia lo físico y lo somático, porque estudios modernos comprueban que una persona permanece más inmune si tiene muestras de afecto,  a través de sus lazos amorosos, familiares y sociales. 
Los estudios e investigaciones modernas, indican que las emociones positivas y negativas influyen en la salud, más de lo que se suponía, y si no se tiene un desarrollo afectivo óptimo, no se desarrolla la inteligencia, así es que hay una relación directa entre el afecto y el desarrollo cerebral, intelectual. La inteligencia depende de la vida de la niñez, cuando se va estructurando la persona; entonces hay que volver a valorizar el afecto. Y a esta mezcla, de inteligencia y afecto, se le llama inteligencia emocional. 
Hoy se sabe que la inteligencia es más que una determinada función de la mente humana, medida en términos de coeficiente intelectual; el ser humano, a la hora de tomar decisiones y actuar no lo hace guiado por su inteligencia cognitiva, lo hace por el impulso de sus emociones y sentimientos, que deben ser guiados, orientados, controlados y expresados mediante los dictados de una sana inteligencia emocional; por ejemplo, a la hora de elegir una pareja, no se guía generalmente por el frío intelecto, sino por la calidad e intensidad de los sentimientos que hay en ese momento.     
Y los aprendizajes practicados hasta ahora, han insistido más en el mundo cognitivo que en el emotivo; sólo el ambiente familiar ha sido útil en el manejo positivo del mundo afectivo y que sucede cuando el mismo núcleo familiar carece de la solidez afectiva necesaria. 
Para poder vivir bien la vida, es necesario, no sólo la inteligencia cognitiva, sino también, y sobre todo, la inteligencia emocional y la auto-estima que van a la par; las personas con mejor y más adecuada expresión de sus sentimientos y emociones, son a la vez, personas seguras de sí mismas, con mayor sentimiento de libertad y autonomía, con mejores relaciones interpersonales y por ello mismo, con mejor nivel de auto-estima. 
Una de las primeras crisis de la edad madura, es, a menudo una crisis de desgaste, desánimo y desilusión, por la experiencia que vive el adulto mayor al verse, de pronto, no aceptado; y sentirse así, sin una razón objetiva, al sentirse todavía como ser vigente y capaz de sentir y servir, y se convierte en una crisis que se agudiza por las pérdidas que se van acumulando en la vida del adulto mayor, como el trabajo, seres queridos, etc.; si estas pérdidas no se compensan con un buen manejo del campo afectivo, puede que el adulto mayor se vea invadido por perjudiciales sentimientos negativos, que afectarán su auto-estima, especialmente en las mujeres. 
Los parámetros y valores culturales imperantes en la sociedad favorecen poco la auto-estima del adulto mayor, ya que el modelo cultural imagina una decadencia y lo condena a ser testigo de su propia decadencia; esto hace frágil y vulnerable la auto-estima, aunque la razón y la afectividad no decaen al ritmo biológico, al contrario, se incrementan hasta el último día de vida. La Organización Mundial para la Salud, define el “viejo sano” como aquel individuo cuyo estado de salud se considera no en términos de déficit, sino de mantenimiento de capacidades funcionales, es necesario entonces, recordar que el envejecimiento de las células cerebrales es más lento y es recomendable aprender algo nuevo, en una especie de gimnasia intelectual.

Por Gloria Molina Pérez y Adriana Judith Saldaña Lozano